DEGENERACIÓN de la COLUMNA
NORMAL – Las vértebras son lisas, saludables y perfectamente alineadas. La curvatura es normal y el espacio entre las vértebras es la misma. Las aberturas (foramen neural) entre las vértebras permiten que los nervios salgan libremente sin interferencia.
FASE I – Esta fase se caracteriza por la presencia de subluxación vertebral. En este ejemplo, la segunda vértebra (desde abajo) se ha desalineado posteriormente. Se puede esperar una disminución en flexibilidad, movilidad y estabilidad. Sin embargo, esta etapa es a menudo asintomática y completamente reversible.
FASE II – Falta de movilidad y fijación impide que líquido nutriente bombee a través de los discos. En consecuencia los discos se deshidratan, pierden su grosor y así su función de apoyo. Hay una pérdida de curvatura y estrechamiento de los agujeros neurales causando daños a las raíces nerviosas. El dolor y fatiga son síntomas probables. Esta fase es a menudo reversible.
FASE III – Hay una pérdida significativa de la curvatura de la columna y del espacio entre las vértebras. La pérdida de energía y de altura son síntomas probables. El hueso se adapta a las fuerzas y cargas físicas. En consecuencia, se desarrollan deformaciones óseas tales como depósitos de calcio y espolones óseos (osteofitos).
FASE VI – Cartílago y hueso se están deteriorando. Los huesos se fusionan causando inmovilización de las articulaciones – incapacidad para girar y flexionar. Hay daños irreparables en los nervios. El dolor y malestar constante es común. Generalmente, esta fase es irreversible.
Recibir cuidado quiropráctico a tiempo es clave para prevenir, revertir o detener la degeneración de la columna vertebral.